This is why Catholics still practice the ancient tradition of making frequent visits to the Eucharist throughout the day. Even in big cities today, when you go into a Catholic Church, you can almost always find someone kneeling before the altar where the Tabernacle is kept. The red candle burning near the tabernacle, the sanctuary, or Presence, lamp, is a constant reminder that Christ is truly present there, and his love is burning for us. This is also why Catholics still have the tradition of making the sign of the cross when they drive by a Catholic Church. Even if we don’t have time to stop and make a visit to our Lord, to thank him for his blessings and tell him all our needs and sorrows, by making the sign of the cross we show our faith in and appreciation for his constant, miraculous presence. St Peter Julian Eymard [AYE-mard], who lived in France in the 1800s, beautifully explained how Christ’s constant presence in the Eucharist shows, without a doubt, that Jesus’ love for us, even for the most hardened sinner, has no limits. Speaking of Jesus in the Eucharist, St Peter says: “He loves, He hopes, He waits. If He came down on our altars on certain days only, some sinner, on being moved to repentance, might have to look for Him, and not finding Him, might have to wait. Our Lord prefers to wait Himself for the sinner for years rather than keep him waiting one instant.”

St.Padre Pio’s prayer of thanksgiving after Mass

 “Stay with me, Lord, for it is necessary to have You present so that I do not forget You. You know how easily I abandon You. Stay with me, Lord, because I am weak and I need Your strength, that I may not fall so often. Stay with me, Lord, for You are my life, and without You, I am without fervor. Stay with me, Lord, for You are my light, and without You, I am in darkness. Stay with me, Lord, to show me Your will. Stay with me, Lord, so that I hear Your voice and follow You. Stay with me, Lord, for I desire to love You very much, and always be in Your company. Stay with me, Lord, if You wish me to be faithful to You. Stay with me, Lord, for as poor as my soul is, I want it to be a place of consolation for You, a nest of love. Stay with me, Jesus, for it is getting late, the day is coming to a close, and life passes; death, judgment, eternity approach. It is necessary to renew my strength.

Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
21255 Hesperian Blvd Hayward, CA, USA 94541
Office Phone: 510 783 2766

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Nota de nuestro pastor:

Por esta razón los Católicos aún practican la antigua tradición de hacer frecuentes visitas a la Eucaristía durante todo el día. Incluso en las grandes ciudades hoy en día, cuando se entra en una Iglesia Católica, casi siempre encontrará a alguien arrodillado ante el altar donde está el Tabernáculo. La vela roja ardiente cerca del Tabernáculo, el Santuario o Presencia, la lámpara, es un recordatorio constante de que Cristo está realmente presente allí, y su amor arde por nosotros. Esta es la razón por la cual también los Católicos todavía tienen la tradición de hacer la Señal de la Cruz cuando conducen por una Iglesia Católica. Incluso si no tenemos tiempo para parar y hacer una visita a Nuestro Señor, para darle las gracias por sus bendiciones y decirle nuestras necesidades y angustias, haciendo la Señal de la Cruz mostramos nuestra fe y agradecimiento por su presencia milagrosa constante. San Pedro Julián Eymard [AYE-mard], que vivió en Francia en la década de 1800, explicó maravillosamente cómo la presencia constante de Cristo en la Eucaristía demuestra, sin lugar a dudas, que el amor de Jesús hacia nosotros, incluso por el pecador más empedernido, no tiene límites. Hablando de Jesús en la Eucaristía, San Pedro dice: “Él ama, Él tiene fe, Él espera. Si Él bajara a nuestros altares solamente en ciertos días, un pecador, al ser movido al arrepentimiento, podría tener que buscarlo y no encontrarlo, podría tener que esperar. Nuestro Señor prefiere esperar por años Él mismo por el pecador, antes de mantenerle en espera un instante.”

Oración de acción de gracia del Padre Pío después de la Misa:  

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que Yo no te pueda olvidar. Tú sabes que tan fácilmente te abandono. Quédate conmigo, Señor, porque Yo soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente. Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida y sin Ti Yo estoy sin fervor. Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz y sin ti yo estoy en la oscuridad. Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad. Quédate conmigo, Señor, para que Yo pueda escuchar tu voz y seguirte. Quédate conmigo, Señor, porque Yo deseo amarte mucho y siempre estar en tu compañía. Quédate conmigo, Señor, si tú deseas que Yo sea fiel a ti. Quédate conmigo, Señor, pobre como mi alma es, Yo deseo que sea un lugar de consolación para Ti, un nido de amor. Quédate conmigo, Señor, porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza.

Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
21255 Hesperian Blvd Hayward, CA, USA 94541
Office Phone: 510 783 2766