This Sunday the Catholic Church all over the world celebrates the feast of Corpus Christi – the Most Holy Body and Blood of Jesus. The Eucharist is the most precious gift our Lord has given to us prior to his departure from this world. When the time came for him to leave this world he felt sad to leave his disciples and all of us. After having accomplished the purpose for which he was sent into this world, in obedience to his Father he had to leave this world. But at the same time he wanted to continue to live among us. He achieved this seemingly contradictory ways by instituting the Eucharist. Thereby he continues to live among us even while he is seated at the right hand of God the father in heaven. In Jn 6:56 Jesus has promised us, “Whoever eats my flesh and drinks my blood remains in me and I in him.” He has also promised eternal life to those who eat his body and drink his blood. “Whoever eats my flesh and drinks my blood has eternal life, and I will raise him on the last day.” (Jn 6:54). It is this assurance of Jesus that makes us long for the Eucharist and to hold it as the most precious all that we can think of in this world.
History of the Church tells us that Eucharist was not celebrated every day or even every Sunday as we do it now. It was celebrated only on important feast days of the Lord. People who celebrated the Eucharist as well as people who took part in the Eucharistic meal did so after so much of fasting and spiritual preparations. For example St. Francis Xavier celebrated his first mass after 40 days of fasting. Unfortunately today many people who come to receive the Eucharist are not simply aware of what they come to receive or what they have received from the hand of the priest or the minister of Eucharist. Even in our church, it is so painful to see people who come to receive the Eucharist wave and greet their friends and relatives and immediately extend their hands to receive the Eucharist as if they are receiving a candy from the priest. Some others, immediately after receiving the Eucharist, go and embrace their friends and relatives even while having the Eucharist in their mouth. I would rather advice these people not to receive the Eucharist than to receive it without any respect for the Eucharist. In the words of St. Paul, this kind of attitude and behavior to the Eucharist brings condemnation to the person who receives it. Secondly dear parents, kindly pay attention to the type of dress your children wear when they come for the Eucharistic celebration. Church is not a shopping mall or a beach. Church is a place where we come to worship God our creator. Therefore, proper dignity and decorum has to be maintained both in our dress as well as in our behavior. May your dress and your behavior not become a cause for distraction and sin for someone else.
Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
21255 Hesperian Blvd Hayward, CA, USA 94541
Office Phone: 510 783 2766
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Nota de nuestro pastor:
Este Domingo la Iglesia Católica en todo el mundo celebra la fiesta del Corpus Christi – el Santísimo Cuerpo y Preciosísima Sangre de Cristo. La Eucaristía es el regalo más precioso que nuestro Señor nos ha dado antes de su partida de este mundo. Cuando llegó el momento de dejar este mundo Él se sintió triste al dejar a sus discípulos y a todos nosotros. Después de haber logrado el propósito por el cual fue enviado a este mundo, en obediencia a su Padre, tuvo que abandonar este mundo. Pero al mismo tiempo quería seguir viviendo entre nosotros. Él logró esto, aparentemente contradictorio, instituyendo la Eucaristía. De tal modo sigue vivo entre nosotros, incluso mientras Él está sentado a la diestra de Dios Padre en el cielo. En Jn 6:56 Jesús nos ha prometido, “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.” Él ha prometido vida eterna a los que comen su cuerpo y beben su sangre. “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. (Jn 6:54). Es esta garantía de Jesús que nos hace añorar la Eucaristía y a considerarla como todo lo más preciado que tenemos en este mundo.
La historia de la Iglesia nos dice que no se celebraba la Eucaristía todos los días e incluso cada Domingo como lo hacemos ahora. Era celebrada solamente en los días de fiesta importantes del Señor. Las personas que celebraban la Eucaristía así como las personas que tomaban parte en el banquete Eucarístico lo hacían después de mucho ayuno y preparaciones espirituales. Por ejemplo, San Francis Xavier celebró su primera Misa después de 40 días de ayuno. Lamentablemente hoy en día muchas personas que acuden a recibir la Eucaristía no están simplemente conscientes de lo que vienen a recibir, o lo que han recibido de la mano del Sacerdote o el Ministro Extraordinario de la Eucaristía. Incluso en nuestra Iglesia, es tan doloroso ver a personas que vienen a recibir la Eucaristía, levantan la mano saludando a sus amigos y parientes, e inmediatamente extienden sus manos para recibir la Eucaristía como si están recibiendo un caramelo del Sacerdote. Algunos otros, inmediatamente después de recibir la Eucaristía, van y abrazan a sus amigos y parientes aun teniendo la Eucaristía en la boca. Quisiera darles un consejo a estas personas de no recibir la Eucaristía antes de recibirla sin ningún respeto por ella. En las palabras de San Pablo, este tipo de actitud y comportamiento hacia la Eucaristía trae condenación a la persona que la recibe. En segundo lugar estimados padres de familia, les pido prestar atención al tipo de vestido de que los niños/as usan cuando vienen a la celebración Eucarística. La Iglesia no es un centro comercial o una playa. La Iglesia es un lugar donde venimos a adorar a Dios nuestro creador. Por lo tanto, decoro y dignidad adecuada tiene que ser mantenido tanto en nuestro vestido, así como en nuestro comportamiento. Que tu vestido y tu comportamiento no se conviertan en un motivo de distracción y de pecado para otro.
Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
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