In the beautiful but desolate mountains of southeastern Utah, a twenty-seven year-old mountain climber named Aron Ralston, made a desperate decision. An avid out-doors man, Aron was rock-climbing one day when his right arm became trapped under a boulder, a boul-der estimated to weigh at least eight hundred pounds. He saw immediately that he was in deep trouble. Unable to budge the rock at all, Aron took out his pocketknife and chipped away at the rock for 10 hours, managing to produce only a small handful of dust. Obviously this was not going to work. Days were passing. No one knew where he was. Even worse, his family and friends were used to his going off for days without contacting anyone, so they were not even looking for him. With his arm still wedged beneath this enormous boulder Aron Ralston recorded a video message to his parents telling them good-bye. At the end of several days with no food or water, however, Aron made a remarkable choice. Aron Ralston decided to amputate his arm in order to save himself. And that’s exactly what he did, using only a pocket knife. What an amazing display of courage and determination! After he was finished, he applied a tourniquet to his arm and rappelled nearly 70 feet to the floor of the canyon. Then he hiked five miles downstream where he encountered some other hikers and was rescued. Aron Ralston made the obviously excruciating decision to amputate his right arm to save his life. It is an amazing story! Who can read this story without thinking of Jesus’ words from our lesson for today, “If your hand causes you to sin, cut it off. It is better for you to enter life maimed than with two hands to go into hell”? What a stark declaration. “If your hand causes you to sin, cut it off.” Aron Ralston certainly made a choice – to sacrifice his arm in order to save his life. There are choices that must be made in life, and those choices determine our destiny.

 

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In Belfast, Ireland, a Catholic priest, a Protestant minister and a Jewish rabbi were engaged in a heated theological discussion. Suddenly an angel appeared in their midst and said to them, “God sends you His blessings. Make one wish for peace and your wish will be fulfilled by the Almighty.” The Protestant minister said, “Let every Catholic disappear from our lovely island. Then peace will reign supreme.” The priest said, “Let there not be a single Protestant left on our sacred Irish soil. That will bring peace to this island.” “And what about you, Rabbi?” said the angel. “Do you have no wish of your own?” “No,” said the rabbi. “Just attend to the wishes of these two gentlemen and I shall be well pleased.

Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
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Nota de nuestro pastor:

En las bellas pero desoladas montañas del sureste de Utah, un alpinista de veintisiete años llamado Aron Ralston, tomó una decisión desesperada. Un hombre ávido de la naturaleza, Aron escalaba un día cuando su brazo derecho quedó atrapado bajo una roca, una roca pesando aproximadamente ochocientas libras. Inmediatamente vio que estaba en serios problemas. Incapaz de mover la roca en absoluto, Aron sacó su navaja y picó la roca durante 10 horas, llegando a producir sólo un pequeño puñado de polvo. Obviamente esto no iba a funcionar. Fueron pasando los días. Nadie sabía dónde estaba. Peor aún, su familia y amigos estaban acostumbrados a su ausencia por días sin contacto con nadie, por lo que aún no le buscaban. Con su brazo todavía encajado debajo de esta enorme roca, Aron Ralston grabó un mensaje en vídeo a sus padres diciéndoles adiós. Sin embargo, al final de varios días sin comida ni agua, Aron hizo una elección notable. Aron Ralston decidió amputar su brazo con el fin de salvarse a sí mismo. Y eso es exactamente lo que hizo, con sólo un cuchillo de bolsillo. Una increíble exhibición de valentía y determinación! Después de que había terminado, le aplicó un torniquete a su brazo y voló casi 70 pies al suelo del cañón. Después él caminó cinco millas río abajo donde él encontró algunos otros senderistas y fue rescatado. Aron Ralston obviamente tomó una decisión insoportable de amputar su brazo derecho para salvar su vida. Es una historia asombrosa! Quien puede leer esta historia sin pensar en las palabras de Jesús en nuestra lección de hoy, “Si tu mano te hace pecar, córtala. Es mejor para ti entrar en la vida mutilada que con las dos manos ir al infierno” Qué declaración explicita. “Si tu mano te hace pecar, córtala”. Aron Ralston hizo sin duda una elección – sacrificar su brazo para salvar su vida. Hay elecciones que deben hacerse en vida, y esas decisiones determinan nuestro destino.

 

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En Belfast, Irlanda, un Sacerdote Católico, un Ministro Protestante y un Rabino Judío, participaron en una acalorada discusión teológica. De repente un ángel se apareció en medio de ellos y dijo, “Dios envía Sus bendiciones. Pide un deseo por la paz y tu deseo será cumplido por el Todopoderoso.” El Ministro Protestante dijo, “Que cada Católico desaparezca de nuestra Isla encantadora. Entonces la paz reinará suprema.” El Sacerdote dijo, “que no exista un solo protestante en nuestro Sagrado suelo Irlandés. Eso traerá la paz a esta Isla.”” ¿Y usted, Rabino?” dijo el ángel. ¿No tienes deseo propio?” “No,” dijo el Rabino. “Solamente atiende a los deseos de estos dos caballeros y yo estaré bien complacido.”

Fr.Joseph Antony Sebastian
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