The Moghul Emperor, Akbar, was one day out hunting in the forest. When it was time for evening prayer he dismounted, spread his mat on the earth and knelt to pray. Now it was precisely at this time that a peasant woman, perturbed by the disappearance of her husband who has left home that morning and hadn’t returned, went rushing by, anxiously searching for her husband. In her preoccupation she did not notice the kneeling figure of the Emperor and tripped over him, then got up and without a word of apology rushed further into the forest. Akbar was annoyed at this interruption but, being good religious man, he observed the rule of speaking to no one during the prayer. Now just about the time that his prayer was over the woman returned, joyful in the company of her husband whom she had found. She was surprised and frightened to see the Emperor and his entourage there. Akbar gave vent to his anger against her and shouted, “Explain your disrespectful behavior or you will be punished.” The woman suddenly turned fearless, looked into the Emperor’s eyes and said, “Your Majesty, I was so absorbed in the thought of my husband that I did not even see you here, not even when, as you say, I stumbled over you. Now while you were in prayer, you were absorbed in the One who is infinitely more precious than my husband. And how is it you noticed me?”
The Emperor was shamed into silence and later confided to his friends that a peasant woman, who was neither a scholar nor a proclaimed religious woman, had taught him the meaning of prayer.
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Drummond’s Bar in Mt. Vernon Texas decided to expand their facilities. The local Baptist church, which disapproves of drinking alcohol, started a prayer campaign to prevent the bar from expanding. Construction on the bar progressed up until the week before the grand opening when lightning struck and burned the entire bar to the ground, after the bar got burned, the church folks started bragging about “the power of prayer.” So the bar owner sued the church on the grounds that the church “was ultimately responsible for the demise of his building, either through direct or indirect action or means.” In response to the accusation, the church denied all responsibility to the burning of the building. The judge read through the bar owner’s charges and the church’s response and commented; “I don’t know how I ‘m going to rule on this, but it appears that we have a bar owner who believes in the power of prayer, and an entire Baptist church congregation that now not.
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Once Catherine of Siena was waiting to cross a small stream. But she was not very sure how deep the stream was or how fast the water was flowing. So she prayed to Jesus to help her to cross the stream. And Jesus promised to help her. As she was walking across the stream, she suddenly fell in a deep ditch and her habit got completely wet. She complained to Jesus that she had promised to help her to cross the stream and now he made her to fall in a deep ditch. Jesus said to her, well I enjoy to watch mys dear ones to suffer a bit,” And Catherine said to him, “No wonder you have few friends.”
Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
21255 Hesperian Blvd Hayward, CA, USA 94541
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Nota de nuestro pastor:
El emperador mogol Akbar salió un día a cazar en el bosque. Al acercarse la hora de la oración de la tarde desmontó su caballo, extendió su manto en la !erra y se arrodilló a orar. Cuando oraba una mujer campesina, perturbada porque su marido no había regresado a casa desde que salió por la mañana, corría por el bosque buscándolo. En su angus!a no se percató que el emperador oraba arrodillado y tropezó con él; sin ningún miramiento y hundida en su preocupación se levantó y, sin mediar palabra siguió corriendo por el bosque. El emperador Akbar se molestó por la interrupción, pero como era un hombre religioso, observó la regla de no hablar con nadie durante la oración. Justo en el momento en que había terminado su oración la mujer volvía alegre en compañía de su marido a quien había encontrado. Ella se sorprendió y quedó presa del miedo al ver al emperador y su séquito frente a ella. El emperador Akbar al reconocerla explotó en cólera y dijo: “Explica tu comportamiento irrespetuoso, de lo contrario serás cas!gada”. La mujer recuperó la compostura, sin miedo, pero con respeto miró a los ojos del emperador y le dijo: “Su Majestad, yo estaba tan absorta pensando en mi marido que no le ví a usted, ni siquiera me dí cuenta que había tropezado con usted. Ahora, dígame mientras usted oraba si sus pensamientos estaban absortos en Aquel que es infinitamente más precioso que mi marido, ¿Cómo es que se fijó en mí?” El emperador le permi!ó vivir y se fue en silencio. Posteriormente el emperador confió a sus amigos que fue una campesina, no un erudito, ni un religioso el que le había enseñado el significado de la oración.
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La can!na de Drummond en Mt. Vernon, Texas decidió ampliar sus instalaciones. La iglesia bau!sta local, opuesta al consumo de alcohol, comenzó una campaña de oración para evitar la expansión de la can!na. Sin embargo las obras de expansión de la can!na se realizaban sin problema alguno hasta que una semana antes de la inauguración cayó un rayo y quemó hasta los cimientos de la can!na. Los parroquianos de la iglesia bau!sta empezaron a presumir “del poder de la oración,” por lo que el dueño de la can!na entabló una demanda contra la iglesia aduciendo que “la iglesia era, en úl!ma instancia, responsable de la pérdida de su negocio ya que a través de sus acciones o por medios directos o indirectos, las instalaciones de la can!na se habían quemado.” En respuesta a tal acusación, la iglesia negó toda par!cipación en el siniestro. El juez al leer los cargos hechos por el propietario de la can!na y las respuestas de la iglesia comentó: “No sé cómo voy a pronunciarme sobre esto, pero parece que tenemos un propietario de una can!na que cree en el poder de la oración, mientras que toda la congregación de la iglesia Bau!sta lo niega.”
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Catalina de Siena estaba indecisa en cruzar un pequeño arroyo porque no sabía qué tan profundo era ni qué tan rápido fluía el agua. Así que ella le rogó a Jesús que la ayudara a cruzarlo. Jesús prome!ó ayudarla. Ella entonces empezó a cruzarlo, pero de repente cayó en una zanja profunda mojándose completamente el hábito. Ella se quejó a Jesús porque El le había prome!do ayudarla a cruzar el rio, pero la fuerza de la corriente la había hecho caer. Entonces Jesús le respondió: “A mí me gusta ver sufrir un poqui%n a mis seres queridos”, a lo que Catalina de Siena replicó: “Ahora sé porque !enes pocos amigos.”
Fr.Joseph Antony Sebastian
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