The Temple of Jerusalem of Jesus’ time was the third Temple Solomon had built the first Temple in seven years. It stood for 370 years. It was first looted by an invading army. A decade later, in 586 BC, it was sacked and burned by the Babylonians. After the exile, the Temple was rebuilt under the order and patronage of Cyrus, the king of Persia by Zerubbabel in 516 BC. Herod the Great rebuilt the Temple of Zerubbabel, (20 BC to AD 64). Building upon and extending beyond the foundations of Solomon and Zerubbabel, Herod nearly doubled the area of the Temple Mount, enclosing within the retaining walls an area of 35 acres! According to Josephus, Herod’s 18,000 workmen continued work until AD 63. To enlarge the Temple Mount and to enclose 35 acres, strong retaining walls had to be extended down into the Tyropoean Valley to the west and down Ophel hill to the south. Ashlars, huge building blocks, were quarried, cut, faced and fitted without cement. All were proportionally large, but the largest measures 46 feet long by 10 feet high by 10 feet deep. Weighing 415 tons, it makes the stones of the Egyptian Pyramids – a mere 15 tons – to be as pebbles! [Murray Stein, “How Herod Moved Gigantic Blocks to Construct the Temple Mount,” Biblical Archaeology Review, Vol. VIII, No. 3, Washington, D.C. (May-June, 1981), p. 42.] It was this beautiful Temple which the Roman army, as Jesus had predicted, burnt down on August 28, AD 70 – having first murdered all the Temple priests. For nearly a month, the people of the upper city held out against the siege and the power of Rome. But on September 20 the Romans overran the city, slaughtering the inhabitants and putting the entire city to the torch. The 40-foot colonnades that surrounded the Temple Mount, the Temple itself, and Herod’s huge portico were all gone. They had been pushed down and pulled over, rolling into the Tyropoean Valley to the west and the Kedron Valley to the east, significantly lifting the levels of both valleys. For the most part, the stones remain to this day right where the Romans left them. Except for the few stones of the Western Wall, often called the Wailing Wall, there was “not one stone left upon another” just as Jesus had prophesied.
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Grandma told her little grandson: “Be a good boy. At the end of the world all the disobedient and bad people will be cast into fiery hell where there will be weeping and gnashing of teeth.” The little boy raised an intelligent doubt. “Grandma, you don’t have any teeth and you always quarrel with others. How would you gnash your teeth when you are cast into hell?” Grandma replied: “You naughty boy, don’t you know that teeth will be provided in hell.
Fr.Joseph Antony Sebastian
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Nota de nuestro pastor:
El templo de Jerusalén en tiempos de Jesús fue el tercer templo. Salomón construyó el primer templo en siete años. Estuvo en pie durante 370 años. Fue saqueado por primera vez por un ejército invasor. Una década más tarde, en el año 586 antes de Cristo, fue saqueado y quemado por los babilonios. Después del exilio, el templo fue reconstruido por Zorobabel por orden y bajo el patrocinio de Ciro, rey de Persia en el año 516 antes de Cristo. Herodes el Grande reconstruyó el templo de Zorobabel, (entre el año 20 AC y 64 DC). ¡Sobre los cimientos originales de Salomón, y Zorobabel, Herodes casi duplicó el área del Monte del Templo, que abarca dentro de sus muros un área de 35 acres! Según las crónicas de Josefo, Herodes tuvo a 18,000 obreros trabajando hasta el año 63. Para ampliar el Monte del Templo y edificar murallas que cubrieran 35 acres, los muros de contención debían extenderse hacia abajo en el valle de Tiropeón hacia el oeste y hacia el sur de la colina Ofel. Sillares, enormes bloques de piedra fueron picados, cortados y decorados para erguir las murallas sin usar cemento. Todos eran proporcionalmente grandes, pero el más grande mide 46 pies de largo por 10 pies de alto por 10 pies de ancho. ¡Con un peso de 415 toneladas, hacen que las piedras de las pirámides de Egipto, que apenas pesan 15 toneladas, parezcan piedritas! [Murray Stein: “¿Cómo Herodes movió los gigantescos bloques para construir el Monte del Templo?,” Biblical Archaeology Review, vol. VIII, No. 3, Washington, D.C. (mayo – junio, 1981), p. 42] Fue este hermoso templo, que el ejército romano, tal y como Jesús lo había predicho, quemó el 28 de agosto, del año 70 DC – después de asesinar a todos los sacerdotes del templo. Durante casi un mes, la gente en la parte alta de la ciudad alta se mantuvo firme contra el cerco y el poder de Roma. Pero el 20 deseptiembre los romanos quebraron la resistencia e invadieron la ciudad, matando a los habitantes y quemaron la ciudad. Las columnas de 40 pies que rodeaban el Monte del Templo, el Templo mismo, y el enorme pórtico de Herodes desaparecieron. Fueron derribados y aventados hacia el oeste del Valle Tiropeón y hacia el este del valle del Cedrón, lo que elevó los niveles de los valles significativamente. En su mayor parte, las piedras se mantienen hasta el día de hoy donde los romanos las dejaron. Con excepción de las pocas piedras del Muro Occidental, conocido como el Muro de los Lamentos, no hay “ni una piedra sobre piedra” tal como Jesús había profetizado.
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La abuela le dice a su nieto: “Pórtate bien. Al final de los tiempos todos los que han sido desobedientes y malos serán arrojados al infierno, ahí será el llanto y el crujir de dientes.” El nieto le replica: “abuela, tú ya no tienes dientes y siempre estás peleando con los demás, no vas a poder crujir los dientes cuando estés en el infierno.” La abuela entonces le responde: “¿Eres un niño malcriado, no sabes que en el infierno le dan dientes a los que no tienen?”
Fr.Joseph Antony Sebastian
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