One of the few creatures on earth that can out – jump Michael Jordan is the Impala. This is an African deer with a supercharged spring. It has a vertical leap of over 10 feet and can broad – jump over 30 feet. You would think that the zoos of the world would find it impossible to keep such an animal enclosed. Not so! It’s rather easy. The experts discovered something about the Impala. It will not jump unless it can see where it is going to land. Therefore, a solid wall even 6 feet tall is a sufficient enclosure. Lots of Christians have the Impala problem. They won’t take a leap of Faith unless they have all the answers in advance about where the leap will take them. But God is looking for some bold believers who, even in the face of the unknown, will leap when the Spirit says leap, will fly when the Spirit says fly, will launch when the Spirit says launch, all to the glory of the Lord. Why must we be willing to launch out into the deep with the Lord? Because our Lord was willing to launch out into the deep for us. Today ’ s Scripture passages present Isaiah, Paul and Peter who dared to make a leap of Faith.
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There was a story about the hen and the pig bragging to each other about their contribution and commitment to humanity. The hen bragged: “ We hens supply thousands of eggs for the market every day. Ours is the best selfless gift. ” Not satisfied, the pig countered, “ And who lay down their lives so that people may eat bacon, lechon, barbecue, ham and sausages? Pigs. Ours is total commitment of our lives in the service of humanity! ” In all the readings for today, especially the Gospel, the message is one – a Call from God and the Commitment expected from those God has called.
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A man had spent fruitless day fishing. He didn’t want to go home empty – handed. He decided to stop at a local fish market. “I’d like three good sized fish,” he said to the clerk. “But before you wrap them, toss them to me, one by one.” The clerk looked puzzled at his request, “Sir? That’s a strange thing to ask.” Smiling the man said, “This way I’ll be able to tell my wife truthfully that I caught them!”
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The pastor was a fisherman, but he hadn’t fished in months. One perfect Sunday morning he couldn’t resist. He called up his associate priest and claimed he had laryngitis. The priest then headed out to his favorite spot. The hook hadn’t been in the water five minutes before he got a strike and landed the biggest fish he had ever caught – although he had seen bigger ones caught by others. A half hour later, he caught the biggest fish he had ever seen. Another forty – five minutes later he landed a fish that broke the world record. All t his time St. Peter and God have been watching the priest from Heaven. St. Peter turned to God, and said, “How can you reward this priest? He lied. He doesn’t observe the Sunday obligation.” God smiled at St. Peter, and replied, “I’m punishing him.” St. Peter was confused, so God continued, “Well, after he finishes, whom can he tell his story to?”
Fr. Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
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Una de las pocas criaturas en la tierra que puede saltar más alto que Michael Jordon, es el Impala. Se trata de un ciervo africano con un resorte sobrealimentado. Tiene un salto vertical de más de 10 pies y puede saltar más de 30 pies horizontales. Creerías que a los zoológicos del mundo les resultaría imposible mantener a un animal tan encerrado. ¡No es así! Es bastante fácil. Los expertos descubrieron algo sobre el Impala. No salta si no puede ver dónde va a parar. Por lo tanto, un muro sólido de hasta 6 pies de altura es una barrera suficiente. Muchos Cristianos tienen el problema del Impala. No toman un salto de fe, a menos que tengan todas las respuestas por adelantado sobre a dónde les llevará el salto. Pero Dios está buscando algunos creyentes audaces que, incluso ante lo desconocido, saltarán cuando el Espíritu les dice salta, volarán cuando el Espíritu les dice vuela, se pondrán en marcha cuando el Espíritu les dice lánzate, todo para la gloria del Señor. ¿Por qué debemos estar dispuestos a lanzarnos a la profundidad con el Señor? Porque nuestro Señor estuvo dispuesto a lan- zarse a la profundidad por nosotros. Pasajes de la escritura de hoy presentan a Isaías, Pablo y Pedro, quienes se atrevieron a dar un salto de fe.
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Había una historia sobre la gallina y el cerdo alardeando entre ellos sobre su contribución y compromiso con la humanidad. La gallina se jactó: “las gallinas suministramos miles de huevos para el mercado cada día. Nues tro, es el mejor regalo desinteresado”. No satisfecho, respondió el cerdo, ¿y quién pone su vida para que la gente pueda comer tocino, lechón , barbacoa, jamón y salchichas? los cerdos. El nuestro, es un compromiso total de nuestra vida al servicio de la humanidad!” En todas las lecturas de hoy, especialmente en el Evangelio, el mensaje es uno, una llamada de Dios y el compromiso que se espera de ese a quien Dios ha llamado.
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Un hombre pasó un día de infructuosa pesca. No quería volver a casa con las manos vacías. Decidió parar en un mercado de pescado local. “Quiero tres peces de buen tamaño”, le dijo al vendedor. “Pero antes de envolverlos, me los lanzarás a mí, uno por uno.” ¿El vendedor miró desconcertado su petición, “Señor? Es algo extraño de pedir”. Sonriendo al hombre dijo, “de esta manera voy a poder decirle a mi esposa la verdad que les pesque!”
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El Pastor era un pescador, pero él no había pescado en meses. Una mañana de Domingo perfecta no pudo resistir. Él llamó a su Sacerdote Asociado y afirmó que tenía laringitis. El Sacerdote entonces se dirigió a su lugar favorito. El gancho no había estado en el agua cinco minutos antes de que él consiguiera una mordida y aterrizara el pez más grande que jamás había cogido – aun- que él había visto más grandes capturados por otros. Media hora más tarde, pescó el pez más grande que jamás había visto. Otros cuarenta y cinco minutos más tarde pescó un pez que batió el récord mundial. Todo este tiempo San Pedro y Dios habían estado observando al Sacerdote desde el cielo. San Pedro se dirigió a Dios y le dijo: “¿Cómo puede usted recompensar a este Sacerdote? Él le mintió. Él no observa la obligación del Domingo”. Dios sonrió a San Pedro y respondió: “Lo estoy castigando”. San Pedro estaba confundido, así es que Dios continuó, “Bueno, después de que termine, a quien puede contarle su historia?”
Fr. Joseph Antony Sebastian
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