A famous actor was the guest of honor at a social gathering. As people gathered around, they asked the actor to recite excerpts from various literary works. He obliged and did so brilliantly. Finally, an elderly pastor asked the actor to recite the 23rd Psalm. The actor hesitated at first and then agreed on one condition. The pastor would return the favor. The actor’s recitation was brilliant and eloquent. People responded to the actor with lengthy applause. The pastor’s rendition was feeble and frail. But when the pastor finished, there was not a dry eye in the house. Finally, the actor broke the silence with these words: “I know the Psalm. The pastor knows the Shepherd.” “The Lord is my Shepherd, I shall not want.” Do you know the Shepherd? Have you found Him to be good? Have you discovered He is all you need? ——————————————————————————– Tony Campolo loves to tell the story of a particular census taker who went to the home of a rather poor family in the mountains of West Virginia to gather information. He asked the mother how many dependents she had. She began, “Well, there is Rosie, and Billy, and Lewella, Susie, Harry, and Jeffrey. There’s Johnny, and Harvey, and our dog, Willie.” It was then that the census taker interrupted her aid said: “No, ma’am, that’s not necessary. I only need the humans.” “Ah,” she said. “Well, there is Rosie, and Billy, and Lewella, Susie, Harry, and Jeffrey, Johnny, and Harvey, and….” But there once again, the census taker interrupted her. Slightly exasperated, he said, “No, ma’am, you don’t seem to understand. I don’t need their names, I just need the numbers.” To which the old woman replied, “But I don’t know them by numbers. I only know them by name. “In today’s Gospel Jesus the Good Shepherd says that he knows his sheep by name. —————————————————————————— There have always been people with a good memory for names: Napoleon, “who knew thousands of his soldiers by name . . .” or James A. Farley, “who claimed he knew 50,000 people by their first name . . .” or Charles Schwab, “who knew the names of all 8,000 of his employees at Homestead Mill . . .” or Charles W. Eliot, “who, during his forty years as president of Harvard, earned the reputation of knowing all the students by name each year . . .” or Harry Lorayne, “who used to amaze his audiences by being introduced to hundreds of people, one after another, then giving the name of any person who stood up and requested it.” But can you imagine Christ knowing all his sheep by name? That’s millions and millions of people over 2,000 years. No wonder we call him Master, Lord, Savior – watching over his flock, calling each by name. ————————————————————————— It’s been said that every pastor ought to have six weeks of vacation each year, because if he is a really good shepherd, he deserves it; and if he is not a very good shepherd, his congregation deserves it
Fr. Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
21255 Hesperian Blvd Hayward, CA, USA 94541
Office Phone: 510 783 2766
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Un actor famoso fue el invitado de honor en una reunión social. Mientras la gente se reunía, le pidieron al actor que recitara extractos de varias obras literarias. Él obedeció y lo hizo brillantemente. Finalmente, un pastor anciano le pidió al actor que recitara el Salmo 23. El actor dudó al principio y luego aceptó con una condición. El pastor devolvería el mismo favor. La recitación del actor fue brillante y elocuente. La gente respondió al actor con largos aplausos. La interpretación del pastor fue débil y frágil. Pero cuando el pastor terminó, no había un ojo seco en la casa. Finalmente, el actor rompió el silencio con estas palabras: “Conozco el salmo. El Pastor conoce al Pastor “. “El Señor es mi Pastor, no querré”. ¿Conoces al pastor? ¿Lo has encontrado bueno? ¿Has descubierto que Él es todo lo que necesitas? —————————————– ——————————– A Tony Campolo le encanta contar la historia de un encuestador en particular que fue a la casa de una familia bastante pobre en las montañas de Oeste de Virginia para recopilar información. Le preguntó a la madre cuántos dependientes tenía. Ella comenzó: “Bueno, están Rosie, Billy y Lewella, Susie, Harry y Jeffrey. Están Johnny, Harvey y nuestro perro Willie”. Fue entonces cuando la encuestadora del censo interrumpió su ayuda y dijo: “No, señora, eso no es necesario. Solo necesito a los humanos”. “Ah”, dijo ella. “Bueno, están Rosie y Billy, y Lewella, Susie, Harry y Jeffrey, Johnny y Harvey, y …” Pero una vez más, el encuestador la interrumpió. Ligeramente exasperado, dijo: “No, señora, parece que no entiende. No necesito sus nombres, solo necesito los números”. A lo que la anciana respondió: “Pero no los conozco por números. Solo los conozco por su nombre”. En el Evangelio de hoy, Jesús, el Buen Pastor dice que conoce a sus ovejas por su nombre. ———————————— ————————————- Siempre ha habido personas con buena memoria para los nombres: Napoleón, “que conocía a miles de sus soldados por su nombre …”. o James A. Farley “, quien afirmó que conocía a 50,000 personas por su nombre de pila. . . ” o Charles Schwab “, que conocía los nombres de todos los 8,000 de sus empleados en Homestead Mill …” o Charles W. Eliot “, quien, durante sus cuarenta años como presidente de Harvard, se ganó la reputación de conocer a todos los estudiantes por su nombre cada año. . . ” o Harry Lorayne “, que solía sorprender a su público al ser presentado a cientos de personas, una tras otra, y luego dar el nombre de cualquier persona que se puso de pie y lo solicitó”. Pero ¿te imaginas a Cristo conociendo a todas sus ovejas por su nombre? Son millones y millones de personas durante más de 2.000 años. No es de extrañar que lo llamemos Maestro, Señor, Salvador, cuidando su rebaño, llamando a cada uno por su nombre. – ———————————————————————- Se ha dicho que cada pastor debería tener seis semanas de vacaciones cada año, porque si es un buen pastor, se lo merece; y si él no es un muy buen pastor, su congregación se lo merece.
Fr. Joseph Antony Sebastian
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