In his book From Scandal to Hope,  Fr. Benedict Groeschel (EWTN), examines the roots of the clergy sex-abuse scandal. He details how disloyalty spread through seminaries, universities, chanceries and parishes. The most notorious case was that of Fr. Paul Shanley who helped found the North American Man-Boy Love Association in 1979. He lectured in seminaries, once with a bishop in attendance, maintaining that “homosexuality is a gift of God and should be celebrated,” and that there was no sexual activity that could cause psychic damage– “not even incest or bestiality.” No wonder Fr. Charles Curran had little trouble getting seventy-seven theologians to sign a protest against Humanae Vitae, an encyclical which reaffirmed marital chastity! A few years later the Catholic Theological Society (CTS), published Human Sexuality: New Directions in American Catholic Thought, a study which accepted cohabitation, adultery and homosexuality. Now, however, all these chickens have come home to roost. We are paying the price – in lawsuits, public humiliation and loss of credibility. The media gave us a glimpse of the enormous destruction in the Lord’s vineyard done by those wicked tenants. They did so with great relish because the scandals discredit a teaching authority they, for the most part, find annoying. But this attention by the media has had consequences the media probably did not intend. It has alerted Catholics to the widespread pillaging of the vineyard, which ultimately means the damnation of souls. Fr. Groeschel asks, “Does all this scandal shake your faith in the Church?” He answers, “I hope so, because ultimately your Faith should not be in the Church. Ultimately your Faith is in Jesus Christ. It is because of Him that we accept and support the Church. We believe in and belong to the Church because Christ established it on His apostles.” We see in today’s Gospel that the owner of the vineyard is God. He will care for his Church, not by committees or document, but by raising up saints who will properly tend the vineyard.
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TV personality Hugh Downs tells a story about the problem lawyers and doctors often encounter with people who seek to obtain free professional advice at parties and other social events. It seems that a certain doctor and lawyer were having a conversation during a cocktail party. While they were talking, a woman approached the doctor and complained about a sore leg. The doctor listened, then told her about applying cold compresses and keeping the leg elevated and taking aspirin, etc. After she had gone, the doctor turned to the lawyer and said, “I think I ought to send her a bill, don’t you?” The lawyer said, “Yes, I do think you ought to send her a bill.” So the next day, the doctor sent the woman a bill… and the lawyer sent the doctor a bill.”

En su libro Del escándalo a la esperanza, el P. Benedict Groeschel (EWTN), examina las raíces del escándalo de abuso sexual del clero. Detalla cómo la deslealtad se extendió por seminarios, universidades, cancillerías y parroquias. El caso más notorio fue el del P. Paul Shanley, quien ayudó a fundar la North American Man-Boy Love Association en 1979. Dio una conferencia en seminarios, una vez con la asistencia de un obispo, sosteniendo que “la homosexualidad es un regalo de Dios y debe celebrarse”, y que no había actividad sexual que podría causar daño psíquico, “ni siquiera incesto o bestialidad”. No es de extrañar que el P. Charles Curran no tuvo problemas para lograr que setenta y siete teólogos firmaran una protesta contra la Humanae Vitae, ¡una encíclica que reafirmaba la castidad marital! Unos años más tarde, la Sociedad Teológica Católica (CTS), publicó Human Sexuality: New Directions in American Catholic Thought, un estudio que aceptaba la convivencia, el adulterio y la homosexualidad. Ahora, sin embargo, todas estas gallinas han vuelto a dormir. Estamos pagando el precio: en juicios, humillación pública y pérdida de credibilidad. Los medios de comunicación nos dieron una idea de la enorme destrucción en la viña del Señor causada por esos labradores malvados. Lo hicieron con gran entusiasmo porque los escándalos desacreditan a una autoridad docente que, en su mayor parte, les resulta molesta. Pero esta atención de los medios ha tenido consecuencias que probablemente los medios de comunicación no pretendían. Ha alertado a los católicos sobre el saqueo generalizado de la viña, que en última instancia significa la condenación de las almas. P. Groeschel pregunta: “¿Todo este escándalo sacude su fe en la Iglesia?” Él responde: “Eso espero, porque en última instancia, su fe no debería estar en la Iglesia. En última instancia, su fe está en Jesucristo. Es por Él que aceptamos y apoyamos a la Iglesia. Creemos en la Iglesia y pertenecemos a ella porque Cristo la estableció en Sus apóstoles. “Vemos en el Evangelio de hoy que el dueño de la viña es Dios. Él cuidará de su Iglesia, no por comités o documentos, sino levantando santos que cuidarán adecuadamente el viñedo.
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El personaje de televisión Hugh Downs cuenta una historia sobre el problema que los abogados y los médicos suelen encontrar con personas que buscan obtener asesoramiento profesional gratuito en fiestas y otros eventos sociales. Parece que cierto médico y abogado estaban conversando durante un cóctel. Mientras hablaban, una mujer se acercó al médico y se quejó de un dolor en la pierna. El médico escuchó, luego le dijo acerca de aplicar compresas frías y mantener la pierna elevada y tomar aspirina, etc. Después de que ella se hubo ido, el médico se volvió hacia el abogado y le dijo: “Creo que debería enviarle una factura, no ¿tú?” El abogado dijo: “Sí, creo que debería enviarle una factura”. Así que al día siguiente, el médico le envió una factura a la mujer … y el abogado le envió una factura al médico “.