On what basis the Church began to celebrate Christmas on 25th December. It is based on the assumption that the annunciation of the birth of John the Baptist to Zachariah occurred during the feast of Yom Kippur, around September 25th, placing the birth of John after nine months on June 25th. Since the angel tells Mary that Elizabeth is in the sixth month of her pregnancy, the Annunciation event and the conception of Jesus took place around March 25th leading to Jesus’ birth after nine months, around December 25th. Where did the name Christmas originate? In the medieval ages the celebration of Christmas took the form of a special Mass said at midnight on the eve of Christ’s birth. Since this was the only time in the Catholic Church year when a Midnight Mass was allowed, it soon became known in the Old English as Christes Masse (Christ’s Mass), from which is derived Christmas.
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The king of Balkh (northern Afghanistan) named Ebrahim ibn Adam was wealthy according to every earthly measure. At the same time, however, he sincerely and restlessly strove to be wealthy spiritually as well. One night the king was roused from sleep by a fearful stumping on the roof above his bed. Alarmed, he shouted: “Who’s there?” “A friend,” came the reply from the roof. “I’ve lost my camel.” Perturbed by such stupidity, Ebrahim screamed: “You fool! Are you looking for a camel on the roof?” “You fool!” the voice from the roof answered. “Are you looking for God in silk clothing, and lying on a golden bed?” These simple words filled the king with such terror that he arose from his sleep to become a most remarkable saint. Every Christmas Jesus asks the same question to each one of us: “Where are you looking for Me? In the majestically adorned and illuminated cathedrals or in the stables of the poor and the needy?” Tonight’s Scripture readings tell us where to look for Christ the Savior.
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The Taj Mahal is one of the most beautiful and costly tombs ever built, but there is something fascinating about its beginnings. In 1629, when the favorite wife of Indian ruler Shah Jahan died, he ordered that a magnificent tomb be built as a memorial for her. The shah placed his wife’s casket in the middle of a parcel of land, and construction of the temple literally began around it. But several years into the venture, the Shah’s grief gave way to a passion for the project. One late evening while he was surveying the site, he reportedly stumbled over a wooden box in the dark , and he had some workers remove it and put it in a common storehouse. It was months before he realized that his wife’s casket had been carelessly kept in a common store along with useless articles. The original purpose for the memorial became lost in the details of construction. This seemingly unrealistic ancient legend is a painfully relevant parable of the way some people celebrate Christmas today. Sometimes we become so involved in the tasks and details of Christmas that we forget the One we are honoring. Five little words in the Gospel of Luke say it all: “No Room in the Inn.”
Sobre qué base comenzó la Iglesia a celebrar la Navidad el 25 de diciembre. Se basa en el supuesto de que la anunciación del nacimiento de Juan el Bautista a Zacarías ocurrió durante la fiesta de Yom Kippur, alrededor del 25 de septiembre, colocando el nacimiento de Juan después de nueve meses el 25 de junio. Dado que el ángel le dice a María que Isabel está en el sexto mes de su embarazo, el evento de la Anunciación y la concepción de Jesús tuvieron lugar alrededor del 25 de marzo, lo que llevó al nacimiento de Jesús después de nueve meses, alrededor del 25 de diciembre. ¿Dónde se originó el nombre Navidad? En la Edad Media, la celebración de la Navidad tomó la forma de una misa especial que se decía a la medianoche de la víspera del nacimiento de Cristo. Dado que esta fue la única vez en el año de la Iglesia Católica en que se permitió una Misa de Medianoche, pronto se conoció en el Inglés Antiguo como Christes Masse (Misa de Cristo), de la cual se deriva la Navidad.
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El rey de Balkh (norte de Afganistán) llamado Ebrahim ibn Adam era rico en todos los aspectos terrenales. Al mismo tiempo, sin embargo, se esforzó sincera e incansablemente por ser rico espiritualmente tamién. Una noche, el rey despertó de su sueño por un terrible golpe en el techo sobre su cama. Alarmado, gritó: “¿Quién está ahí?” “Un amigo”, fue la respuesta desde el techo. “He perdido mi camello”. Perturbado por tal estupidez, Ebrahim gritó: “¡Necio! ¿Estás buscando un camello en el techo?” “¡Tonto!” respondió la voz desde e techo. “¿Estás buscando a Dios vestido de seda y acostado en una cama de oro?” Estas sencillas palabras llenaron al rey de tal terror que se levantó de su sueño para convertirse en un santo extraordinario. Cada Navidad Jesús nos hace la misma pregunta a cada uno de nosotros: “¿Dónde me buscas? ¿En las catedrales majestuosamente adornadas e iluminadas o en los edstablos de los pobres y necesitados? Las lecturas de las Escrituras de esta noche nos dicen dónde buscar a Cristo el Salvador.
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El Taj Mahal es una de las tumbas más hermosas y costosas jamás construidas, pero hay algo fascinante en sus comienzos. En 1629, cuando murió la esposa favorita del gobernante indio Shah Jahan, ordenó que se construyera una magnífica tumba como un monumento a ella. El shah colocó el ataúd de su esposa en medio de una parcela de tierra y, literalmente, comenzó la construcción del templo a su alrededor. Pero varios años después de iniciada la empresa, el dolor del Sha dio paso a la pasión por el proyecto. Una tarde, mientras inspeccionaba el sitio, se informó que tropezó con una caja de madera en la oscuridad, y algunos trabajadores la sacaron y la pusieron en un almacén común. Pasaron meses antes de que se diera cuenta de que el ataúd de su esposa se había guardado descuidadamente en una tienda común junto con artículos inútiles. El propósito original del monumento se perdió en los detalles de la construcción. Esta antigua leyenda aparentemente poco realista es una parábola dolorosamente relevante de la forma en que algunas personas celebran la Navidad hoy. A veces nos involucramos tanto en las tareas y los detalles de la Navidad que nos olvidamos de Aquel a quien estamos honrando. Cinco palabritas en el Evangelio de Lucas lo dicen todo: “No hay lugar en la posada”