The Mystery of man created by a mysterious Triune God: How complex and mind-boggling is our physical construction! Chemically, the body is unequalled for complexity. Each one of its 30 trillion cells is a mini chemical factory that performs about 10,000 chemical functions. With its 206 bones, 639 muscles, 4 million pain sensors in the skin, 750 million air sacs in the lungs, 16 million nerve cells and 30 trillion cells in total, the human body is remarkably designed for life. And the brain! The human brain with the nervous system is the most complex arrangement of matter anywhere in the universe. One scientist estimated that our brain, on the average, processes over 10,000 thoughts and concepts each day. Three billion DNA pairs in a fertilized egg control all human activities, 30,000 genes making 90,000 proteins in the body. Bill Bryson in his book, A Short History of Nearly Everything, says it is a miracle that we even exist. Trillions of atoms come together for approximately 650,000 hours (74 years calculated as the average span of human life), and then begin to silently disassemble and go off to other things. There never was something like us before and there never will be something like us again. But for 650,000 hours the miracle or mystery that is uniquely us, exists. One could spend years just dealing with the marvelous intricacies and majesty of God’s creation. We are, as the Psalmist states “fearfully and wonderfully made.” No wonder we cannot understand the mystery of a Triune God.
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The story is told that Franklin D. Roosevelt and one of his close friends, Bernard Baruch, talked late into the night one evening at the White House. At last, President Roosevelt suggested that they go out into the Rose Garden and look at the stars before going to bed. They went out and looked into the sky for several minutes, peering at a nebula with thousands of stars. Then the President said, “All right, I think we feel small enough now to go in and go to sleep.” The wonder of the power and wisdom of God puts things in perspective for us humans. It was not an accident, but the result of a Divine Plan; planets, stars, plants, birds, fish, and animals were all created by God. And the climax of God’s creation was humanity. (Fr. Kayala)
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The late Cardinal Cushing told of an occasion when he was administering last rites to a man who had collapsed in a general store. Following his usual custom, he knelt by the man and asked, “Do you believe in God the Father, God the Son, and God the Holy Spirit?” The Cardinal said the man roused a little bit, opened an eye, looked at him and said, “Here I am, dying, and you ask me a riddle?” Call them riddles. Call them Mysteries. There are things about life and Faith we do not understand, but I am not going to suggest that you resign your effort to understand.
El misterio del hombre creado por un misterioso Dios Trino: ¡Cuán compleja y alucinante es nuestra construcción física! Químicamente, el cuerpo es inigualable en complejidad. Cada una de sus 30 billones de células es una minifábrica química que realiza unas 10.000 funciones químicas. Con sus 206 huesos, 639 músculos, 4 millones de sensores de dolor en la piel, 750 millones de sacos de aire en los pulmones, 16 millones de células nerviosas y 30 billones de células en total, el cuerpo humano está extraordinariamente diseñado para la vida. ¡Y el cerebro! El cerebro humano con el sistema nervioso es la disposición de materia más compleja del universo. Un científico estimó que nuestro cerebro, en promedio, procesa más de 10,000 pensamientos y conceptos cada día. Tres mil millones de pares de ADN en un óvulo fertilizado controlan todas las actividades humanas, 30.000 genes que producen 90.000 proteínas en el cuerpo. Bill Bryson en su libro, Una breve historia de casi todo, dice que es un milagro que siquiera existamos. Trillones de átomos se juntan durante aproximadamente 650.000 horas (74 años calculados como la duración promedio de la vida humana), y luego comienzan a desmontarse silenciosamente y se van hacia otras cosas. Nunca hubo algo como nosotros antes y nunca volverá a haber algo como nosotros. Pero durante 650.000 horas existe el milagro o misterio que es exclusivo de nosotros. Uno podría pasar años simplemente lidiando con las maravillosas complejidades y majestad de la creación de Dios. Somos, como dice el salmista, “formidables y maravillosamente hechos”. No es de extrañar que no podamos comprender el misterio de un Dios Triuno. –
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Se cuenta la historia que Franklin D. Roosevelt y uno de sus amigos cercanos, Bernard Baruch, conversaron hasta altas horas de la noche en la Casa Blanca. Por fin, el presidente Roosevelt sugirió que salieran al jardín de rosas y miraran las estrellas antes de acostarse. Salieron y miraron al cielo durante varios minutos, observando una nebulosa con miles de estrellas. Entonces el presidente dijo: “Está bien, creo que ahora nos sentimos lo suficientemente pequeños como para entrar y dormir”. La maravilla del poder y la sabiduría de Dios pone las cosas en perspectiva para nosotros los humanos. No fue un accidente, sino el resultado de un Plan Divino; planetas, estrellas, plantas, pájaros, peces y animales fueron creados por Dios. Y el clímax de la creación de Dios fue la humanidad. (P. Kayala)
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El difunto cardenal Cushing habló de una ocasión en la que estaba administrando los últimos ritos a un hombre que se había derrumbado en una tienda general. Siguiendo su costumbre, se arrodilló junto al hombre y le preguntó: “¿Crees en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo?” El Cardenal dijo que el hombre se despertó un poco, abrió un ojo, lo miró y dijo: “Aquí estoy, muriendo, ¿y me preguntas un acertijo?” Llámalos acertijos. Llámalos misterios. Hay cosas sobre la vida y la Fe que no entendemos, pero no voy a sugerir que renuncies a tu esfuerzo por comprender.