Among the many wonders at the world-famous San Diego Zoo is the giraffe compound. Enclosed in a natural habitat are several of these magnificent animals. They are every bit as tall and graceful as one might imagine. But they are far more massive and muscular than expected. Tall somehow seems to imply thin. However, these great beasts are anything but skinny. Their necks are thicker and their legs shorter and more powerful than one anticipates. It is not difficult to see why one kick could send an ambitious lion packing. Yet these massive, stately animals are enclosed in a small compound that seems far too restricting for their size and power. But no cage contains them. There are no bars or walls. There is but a simple, waterless moat, no deeper than the beast’s knee, that circles the compound. Freedom is but a mere two steps away. But they are trapped. All of them are. For not, one of them will take the risk of stepping down and across for fear of breaking its neck. [Don Martin, Team Think (New York: Penguin Books Ltd: 1993), p. 76.] I wonder how many of us are limited like that by our fears. Fear of rejection… fear of failure…fear of looking foolish…fear of being hurt…fear of being alone… fear of intimacy…fear of being taken advantage of …fear of change…fear of being criticized. “Do not fear!” “Do not be afraid!” It is the urgent advice of Jesus to his disciples in today’s Gospel. ————————————————————————- A man has been visiting a therapist because he has had a fear of monsters living under his cot. The man has been seeing this doctor for months. Every “me he would come in, the doctor would ask, “Have you made any progress?” Every “me the man would say “No”. The man decided to go and see another doctor. When he went back to his first doctor, the doctor asked, “Have you made any progress?” he said “Yes, I am feeling all be-er now!” The doctor asked, “What happened?” The man said, “I went to another doctor and he cured me in one session!” The doctor asked, “What did he tell you?” The man said “He just told me to cut off all four legs of my cot and leave no space for the monster”. ————————————————————————- The devil entered the house of an alcoholic. But the drunkard just ignored him. The surprised devil asked him “Do you know who I am?” “Why of course I know who you are,” the man calmly replied. “You’re Satan.” “And you’re not afraid of me like the others?” the devil asked somewhat puzzled. To which the drunkard replied, “No. Why should I be? I’ve been married to your sister for the last 25 years.
Entre las muchas maravillas en el mundialmente famoso zoológico de San Diego se encuentra el complejo de jirafas. Encerrados en un hábitat natural se encuentran varios de estos magníficos animales. Son tan altos y elegantes como uno podría imaginar. Pero son mucho más masivos y musculosos de lo esperado. La palabra alto de alguna manera parece implicar delgado. Sin embargo, estas grandes bestias son todo menos flacas. Sus cuellos son más gruesos y sus piernas más cortas y más poderosas de lo que uno cree. No es dificil ver por qué una patada podría lastimar una manada de leones. Sin embargo, estos animales masivos y majestuosos están encerrados en un pequeño complejo que parece demasiado restrictivo para su tamaño y poder. Pero ninguna jaula los contiene. No hay bares ni paredes. Solo hay un foso simple, sin agua, no más profundo que la rodilla de la bestia, que rodea el recinto. La libertad está a solo dos pasos de distancia. Pero están atrapados. Ninguno de ellos correrá el riesgo de bajar y cruzar por miedo a romperse el cuello. [Don Martin, Team Think (Nueva York: Penguin Books Ltd: 1993), pág. 76.] Me pregunto cuántos de nosotros estamos limitados así por nuestros miedos. Miedo al rechazo … miedo al fracaso … miedo a parecer tonto … miedo a ser lastimado … miedo a estar solo … miedo a la intimidad … miedo a que aprovechen … miedo al cambio … miedo a ser criticado. “¡No temas!” “¡No tengas miedo!” Es el consejo urgente de Jesús a sus discípulos en el Evangelio de hoy. ————————————– ———————————- Un hombre ha estado visitando a un terapeuta porque le tenía miedo a los monstruos que vivían debajo de su catre. El hombre ha estado viendo a este médico durante meses. Cada vez que entraba, el médico preguntaba: “¿Has progresado?” Cada vez que el hombre decía “No”. El hombre decidió ir a ver a otro médico. Cuando volvió a su primer médico, el médico le preguntó: “¿Has progresado?” él dijo “Sí, me siento mejor ahora!” El doctor preguntó: “¿Qué pasó?” El hombre dijo: “¡Fui a otro médico y me curó en una sesión!” El médico preguntó: “¿Qué te dijo?” El hombre dijo: “Simplemente me dijo que cortara las cuatro patas de mi catre y no dejara espacio para el monstruo”. —————————————– ——————————- El diablo entró en la casa de un alcohólico. Pero el borracho simplemente lo ignoró. El demonio sorprendido le preguntó “¿Sabes quién soy?” “Por supuesto que sé quién eres”, respondió el hombre con calma. “Eres Satanás”. “¿Y no me “enes miedo como los demás?” preguntó el diablo algo perplejo. A lo que el borracho respondió: “No. ¿Por qué debería estarlo? He estado casado con tu hermana durante los últimos 25 años.