There was a legend, well-known in New Testament times, that in the building of God’s Temple by Solomon most of the stones were of the same size and shape. One stone arrived, however, that was different from the others. The builders took one look at it and said, “This will not do,” and sent it rolling down into the valley of Kedron below. The years passed and the great Temple was nearing completion, and the builders sent a message to the stone cutters to send the chief cornerstone that the structure might be complete. The cutters replied that they had sent the stone years before. Then someone remembered the stone that was so different from all the rest that it somehow did not seem to belong. They realized that they had thrown away the cornerstone. They hurried into the valley to retrieve it. Finally, from under vines and debris, they recovered it and with great effort rolled it up the hill and put it in place so that the great Temple would be complete. The stone that had been rejected had become the chief cornerstone. Jesus, who had been rejected now reigns at the right hand of the Father.
Elizabeth Barrett married the poet Robert Browning against her parents’ wishes. In fact, they objected so strenuously to her marriage that they disowned her. As everyone knows, her marriage was a beautiful, happy relationship for both Elizabeth and Robert. In spite of the hurt of being rejected by her family, however, Elizabeth Barrett Browning continued to write regularly to them. In each letter, she told her father and mother how much she continued to love them. She received no response. Then, after total silence for ten years from her parents, a large package arrived. Elizabeth Barrett Browning eagerly opened it. The box contained all of the letters that she had written them since her marriage to Robert. Not one had been opened. (Dr. William P. Barker, Tarbell’s Teacher’s Guide (Elgin, Illinois: David C. Cook, 1994).) Parents can be vindictive at times as can children. And the pain that can result is devastating. Rejected – is there a more painful word? In today’s Gospel, Jesus tells us a story of his painful rejection by the Chosen People.
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A lady answered the door to find a man standing there. He had a sad expression on his face. “I’m sorry to disturb you” he said, “I’m collecting money for an unfortunate family in the neighborhood. The husband is out of work, the kids are hungry, and their utilities will soon be cut off. Worse yet, they’re going to be kicked out of their apartment if they don’t pay the rent by this afternoon.” “I’ll be happy to help,” said the woman. Then she asked, “But who are you?” He replied, “I’m the landlord!”
Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
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Nota de nuestro pastor:
Había una leyenda, conocida en tiempos del Nuevo Testamento, que en la construcción del Templo de Dios por Salomón la mayoría de las piedras eran del mismo tamaño y forma. Sin embargo, una piedra llegó diferente de las demás. Los constructores le dieron un vistazo y dijeron: “Esta no es buena” y enseguida la rodaron hacia abajo en el valle de Cedrón. Pasaron los años y el gran Templo estaba a punto de finalizar y los constructores enviaron un mensaje a los canteros para que enviaran la piedra del ángulo principal para terminar la estructura. Los cortadores contestaron que habían enviado la piedra años antes. Entonces alguien recordó la piedra que fue tan diferente de todas las demás que de alguna manera no parecía pertenecer. Se dieron cuenta de que habían lanzado lejos la piedra angular. Se apresuraron al valle para recuperarla. Finalmente, por debajo de la vid y residuos, la recuperaron y con gran esfuerzo la rodaron encima de la colina para ponerla en su lugar para finalizar la construcción del gran Templo. La piedra que había sido rechazada se había convertido en la piedra del ángulo principal. Jesús, quien fue rechazado, ahora reina a la diestra del Padre.
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Elizabeth Barrett se casó con el poeta Robert Browning contra los deseos de sus padres. De hecho, objetaban tan enérgicamente a su matrimonio que la repudiaron. Como todos saben, su matrimonio fue una relación hermosa y feliz para Elizabeth y Robert. Sin embargo, a pesar del dolor de ser rechazada por su familia, Elizabeth Barrett Browning les siguió escribiendo regularmente. En cada carta, les dijo a su padre y a su madre cuánto continuaba amándoles. Ella no recibió respuesta. Entonces, tras un silencio total de sus padres durante diez años, llegó un gran paquete. Elizabeth Barrett Browning lo abrió con impaciencia. La caja contenía todas las cartas que ella había escrito desde su matrimonio con Robert. Ninguna había sido abierta. (Dr. William P. Barker, Guía del Maestro Tarbell (Elgin, Illinois: David C. Cook, 1994).) Los padres pueden ser vengativos a veces como los hijos. Y el dolor que puede resultar es devastador. ¿Rechazado – hay una palabra más dolorosa? En el Evangelio de hoy Jesús nos cuenta una historia de su doloroso rechazo por el pueblo elegido.
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Una mujer abrió la puerta para encontrar a un hombre parado allí. Él tenía una expresión triste en su rostro. “Siento molestarla”, dijo, “estoy recogiendo dinero para una familia desafortunada en el barrio. El marido está sin trabajo, los niños están hambrientos y sus utilidades pronto serán cortadas. Peor aún, van a ser expulsados de su apartamento si no pagan el alquiler esta tarde.” “Estaré feliz de ayudar,” dijo la mujer. Entonces ella preguntó, “pero ¿quién eres?” Él contestó, “Yo soy el propietario!”
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