Blondin, the French !ghtrope walker became world-famous in June of 1859, when he walked on a !ghtrope stretched over quarter of a mile across the mighty Niagara Falls. He became the first person to accomplish this amazing feat. He walked across 160 feet above the waterfalls several !mes, each !me with a different daring feat – once in a sack, on s!lts, on a bicycle, in the dark, and once even carrying a stove and cooking an omelet! A large crowd gathered and a buzz of excitement ran along both sides of the river bank. The crowd “Oooooohed!” and “Aaaaahed!” as Blondin carefully walked across one dangerous step a%er another — blindfolded and pushing a wheelbarrow. Upon reaching the other side, the crowd’s applause was louder than the roar of the falls! Blondin suddenly stopped and addressed his audience: “Do you believe I can carry a person across in this wheelbarrow?” The crowd enthusias!cally shouted, “Yes, yes, yes. You are the greatest !ghtrope walker in the world. You can do anything!” “Okay,” said Blondin, “Get in the wheelbarrow…..” The Blondin story goes that no one did although all had faith in his ability! Later in August of 1859, his manager, Harry Colcord, showed his faith in Blondin and did ride on Blondin’s back across the Falls. In today’s Gospel, Jesus challenges his disciples to have that kind of faith.
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When Southern author and poet Laverne W. Hall was asked her defini!on of faith, she couched it in the following narra!ve. Summer sun and a lack of rain had le% the fields parched and brown. As they tended their wil!ng crops, the townspeople worriedly searched the sky for any sign of relief. Days turned into arid weeks and s!ll no rain came. The ministers of the local churches announced that there would be a special service to pray for rain on the following Saturday. They requested that everyone bring an object of Faith for inspira!on. At the appointed hour, everyone turned out en masse, filling the town square with anxious faces and hopeful hearts. The ministers were touched to see the variety of objects clutched in prayerful hands; prayer books, Bibles, crosses, rosaries, etc. Just as the hour of prayer was concluding, and as if by some Divine cue, a so% rain began to fall. Cheers swept the crowd as they held their treasured objects high in gra!tude and praise. From the middle of the crowd, one faith symbol seemed to overshadow all the others; a small nine-year-old child had brought an umbrella! Without speaking a word, the child enunciated that quality of authen!c Faith which expresses itself in commitment. By bringing the umbrella, the child affirmed the fact that Faith is more than intellectual assent to a set of revealed truths or theological doctrines.
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Whales can’t swallow people,” the teacher said. “Even though they are large mammals, their throats are very small.” “But the Bible teaches us that Jonah was swallowed by a whale,” the li)le girl replied. “My mom says Bible is God’s words, and it must be correct.” “That just can’t be,” the teacher said. “It’s physically impossible.” “If so, when I get to Heaven I will ask Jonah,” said the li)le girl. The teacher looked down at her, smiled and asked, “What if Jonah went to Hell?” The li)le girl replied, “Then you can ask him yourself when you get there.”
Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
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Nota de nuestro pastor:
Blondin, el equilibrista Francés llegó a ser famoso mundialmente en Junio del 1859, cuando caminó sobre una cuerda floja estirada sobre el cuarto de milla a través de las poderosas Cataratas del Niágara. Se convirtió en la primera persona en lograr esta hazaña increíble. El caminó a través de 160 pies arriba las cascadas varias veces, cada vez con una hazaña audaz diferente – una vez en un saco, en zancos, en bicicleta, en la oscuridad y una vez incluso llevando una estufa y cocinando una omelet! Una gran multitud se reunió y un murmullo de entusiasmo corrió a lo largo de ambos lados de la orilla del río. La multitud “Oooooohed!” y “¡Aaaaahed!” cuando Blondin caminaba cuidadosamente dando un paso peligroso tras otro–con los ojos vendados y empujando una carretilla. Al llegar al otro lado, los aplausos de la multitud eran más fuerte que el rugir de las cataratas! Blondin de repente paró y se dirigió a su audiencia: “¿crees que puedo llevar a una persona a través en esta carretilla?” La multitud gritó con entusiasmo, “sí, sí, sí. Eres el mejor equilibrista del mundo. Usted puede hacer cualquier cosa!” “Bien”, dijo Blondin, ” siéntate en la carretilla…” Blondin dice que nadie lo hizo aunque todos tenían fe en su habilidad! Más adelante en Agosto del 1859, su jefe, Harry Colcord, demostró su fe en Blondin y lo hizo montando en la espalda de Blondin a través de las cataratas. En el Evangelio de hoy, Jesús desafía a sus discípulos a tener ese tipo de fe.
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Cuando al autor y poeta Sureño Laverne W. Hall le preguntaron su definición de la fe, ella lo redactó en la siguiente narración. El sol de verano y la falta de lluvia habían dejado el campo reseco y café. Como tenían sus cosechas marchitas, el pueblo buscó alguna señal de alivio en el cielo. Los días se volvieron en áridas semanas y todavía no había lluvia. Los ministros de las Iglesias locales anunciaron que habría un servicio especial para orar por lluvia el siguiente Sábado. Se pidió que todo el mundo llevara un objeto de fe para inspiración. A la hora designada, todos llegaron en masa, llenando la plaza con rostros ansiosos y corazones esperanzados. Los ministros fueron tocados viendo la variedad de objetos sujetos en las manos de oración; libros de oración, Biblias, cruces, rosarios, etc. Al concluir la hora de la oración y como si por alguna señal Divina, una suave lluvia comenzó a caer. Alegría se escuchó entre la multitud sosteniendo sus objetos preciados en gratitud y alabanza. Desde el centro de la multitud, un símbolo de fe pareció eclipsar a todos los demás; un pequeño niño de nueve años había traído un paraguas! Sin hablar una palabra, el niño enunció la calidad de la fe auténtica que se expresa en el compromiso. Al llevar el paraguas, el niño afirma el hecho de que la fe es algo más que asentimiento intelectual a un conjunto de verdades reveladas o doctrinas teológicas.
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“Las ballenas no pueden tragarse a personas”, dijo el profesor. “Aunque son mamíferos grandes, sus gargantas son muy pequeñas”. “Pero la Biblia nos enseña que Jonás fue tragado por una ballena”, respondió la niña. “Mi mamá dice la Biblia es la Palabra de Dios, y debe ser la correcta”. “No puede ser,” dijo el maestro. “Es físicamente imposible”. “Si es así, cuando llegue al cielo le preguntaré a Jonás,” dijo la niña. El maestro miró hacia abajo, sonrió y preguntó: “¿Qué pasa si Jonás fue al infierno?” La niña respondió, “entonces usted mismo puede preguntárselo al llegar allí.”
Fr.Joseph Antony Sebastian
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