A young man secretly misappropriated several hundred dollars from the business where he was employed. When the shortage was discovered the senior partner called the young man into his office. Immediately he knew he would be fired and sent into prison. His employer asked the worried man if he was guilty. He replied that he was. Then the executive surprised him. “If I keep you in your present capacity, can I trust you in the future?” he asked. “Yes sir, you surely can. I’ve learned my lesson,” replied the astonished employee. His boss must have detected the repentant man’s sincerity. “I’m not going to press charges and you can continue in your present responsibility,” he said. Then he added, “I think you ought to know, however, that you are the second man in this firm who succumbed to temptation but was shown leniency. I was the first. What you have done, I did. The mercy you are receiving, I received. It is only the grace of God that can keep us both,” – Isn’t it true that those who love best are those who know best that they are loved? Those who forgive best are those who are forgiven. Today’s readings are about God’s mercy and forgiveness and the need for our loving and grateful response by a renewed life.
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Dr. James Orr once told about Billy Graham flying on an airplane and the attendant making a big fuss over him. “Do you want some more coffee Dr. Graham?” “Oh, my mother prays for you every day.” “I must write to her and tell her about seeing you.” About that time a big old Texan up front had a little too much to drink. He started cursing and making passes at the attendant and creating a big ruckus. Finally the attendant had enough and walked up to the big Texan and said, “Sir, I’m afraid I’m going to have to ask you to be quiet. You see Dr. Billy Graham the evangelist is flying with us.” The Texan responded, “Billy Graham, Billy Graham is flying with us?” The man stumbled back to where Billy was sitting and said, “Billy Graham, I’m so glad to meet you. I just want you to know how much your sermons help me to repent and renew my life every day!”
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The best prayer I ever heard was: “Lord, please make me the kind of person my dog thinks I am.”
Fr.Joseph Antony Sebastian
St. Joachim Church
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Nota de nuestro pastor:
Un hombre joven había malversado secretamente varios cientos de dólares de la empresa donde él trabajaba. Cuando se descubrió la escasez, el socio llamó al joven a su oficina. Inmediatamente supo que sería despedido y enviado a prisión. Su jefe le preguntó al hombre preocupado si era culpable. Él contestó que sí. Entonces el ejecutivo le sorprendió. “Si te mantengo en tu capacidad actual, puedo confiar en ti en el futuro?” preguntó. “Sí señor, usted podrá. He aprendido mi lección,” respondió el empleado sorprendido. Su jefe debió haber detectado la sinceridad del hombre arrepentido. “No voy a reportarte y podrás continuar en tu responsabilidad actual”, le dijo. Luego añadió, “Sin embargo, creo que usted debería saber que eres el segundo hombre en esta firma que sucumbió a la tentación, pero se le mostró clemencia. Yo fui el primero. Lo que has hecho, yo lo hice. La misericordia que estás recibiendo, la he recibido. Es sólo la gracia de Dios que nos puede mantener a ambos,” – ¿no es cierto que los mejores amantes son los que saben que son amados? Quienes perdonan mejor son aquellos que son perdonados. Las lecturas de hoy son acerca del perdón y misericordia de Dios y la necesidad de nuestra respuesta amorosa y agradecida con una vida renovada.
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El Dr. James Orr contó una vez sobre Billy Graham volando en un avión y el encargado haciendo un gran alboroto sobre él. “¿Quieres más café Dr. Graham?” “Oh, mi madre ora por usted todos los días.” “Debo escribirle y decirle que le vi”. Para ese tiempo un viejo grande Tejano en el frente había tomado demasiado. Comenzó a maldecir, haciéndole pasadas al asistente y creando un gran alboroto. Finalmente el operador harto, caminó hacia el gran Tejano y le dijo: “Señor, me temo que voy a tener que pedirle que se calle. Pues verá que el Dr. Billy Graham, el evangelista, está volando con nosotros. El tejano respondió, “Billy Graham, Billy Graham está volando con nosotros?” El hombre se dirigió hacia donde Billy estaba sentado y dijo: “Billy Graham, me alegro conocerle. Sólo quiero que sepas cuánto sus sermones me ayudan a arrepentirme y a renovar mi vida cada día!”
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La mejor oración que escuchado fue: “Señor, por favor hazme la clase de persona que mi perro cree que soy.”
Fr.Joseph Antony Sebastian
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